Resulta que al momento de
escribir esto, está siendo televisado un patido de futbol entre las
selecciones nacionales de México y Colombia, lo cual me recuerda aquel
día de enero de hace no mucho.
Resulta ser que me encontraba en un hotel de la ciudad de Houston, en el mismo hotel se encontraban concentradas ambas selecciones de futbol, quizás debido a la organización de 3er. mundo de sus respectivas federaciones; el punto es que, como me pude percatar, existieron ciertos encuentros casuales entre jugadores de las dos escuadras. (Además de las orgías con transexuales que los hijos de puta hicieron durante los 4 dias que estuvieron allí) Una de las conversaciones que más quedó en mi memoria, fue aquella, en el lobby, una charla muy breve, entre dos jugadores que no eran otra cosa que reservas para sus técnicos. Recuerdo que su platica era algo asi:
-Jugador de Colombia: ¿Qué ha pasa’o parcero? ¿Comó así que usted en su país no ha salido de su equipo?
-Jugador de México: Pos ira may, el pedo es que no han jalado unos visnez con un compa de Polanco, un chingado negocio de unos cafeces, estarbuts o quien sabe que madre; y pos por eso no me he querido salir a otro equipo, lo que pasa esque no hay jale puees. ¿Y además tu que puto? En tu pinchi rancho ni hay de eso, ni tienes matbucs pro, ni se visten como los morros esos de colloakan, bien fresones con sus bicis viejas y sus lentesotes, bien mamalón mijito.
-JC: Tiene usted razón parce, pero mire usted. (Sacó su celular ZTE con teclas que encendían en color azul cielo y con tonos monofónicos, y le mostró la siguiente imagen)

Ante esto el mexicano dejó de argumentar, y se retiró hacia la salida del hotel, no sin antes tomar 4 cajas con naranjas para venderlas en la avenida frente al edificio.
El hombre del país sudamericano realizó un ademán de celebración y gritó algunas palabras ininteligibles, así como todos los sudamericanos; después pidió su burro al valet parking, lo cargó con cuatro bultos de café y otros de cocaina pura y se dirigió a comerciar su producto nacional.
En ese momento dejé de sentir esa pena ajena que siempre le he tenido a mi país, y empezé a tener ese mismo sentimiento por todo el continente.
Y así fue, si me creen, metanse lo que sea que les agrade por sus orificios anales. Nos leemos después, pendejos. ;)
Resulta ser que me encontraba en un hotel de la ciudad de Houston, en el mismo hotel se encontraban concentradas ambas selecciones de futbol, quizás debido a la organización de 3er. mundo de sus respectivas federaciones; el punto es que, como me pude percatar, existieron ciertos encuentros casuales entre jugadores de las dos escuadras. (Además de las orgías con transexuales que los hijos de puta hicieron durante los 4 dias que estuvieron allí) Una de las conversaciones que más quedó en mi memoria, fue aquella, en el lobby, una charla muy breve, entre dos jugadores que no eran otra cosa que reservas para sus técnicos. Recuerdo que su platica era algo asi:
-Jugador de Colombia: ¿Qué ha pasa’o parcero? ¿Comó así que usted en su país no ha salido de su equipo?
-Jugador de México: Pos ira may, el pedo es que no han jalado unos visnez con un compa de Polanco, un chingado negocio de unos cafeces, estarbuts o quien sabe que madre; y pos por eso no me he querido salir a otro equipo, lo que pasa esque no hay jale puees. ¿Y además tu que puto? En tu pinchi rancho ni hay de eso, ni tienes matbucs pro, ni se visten como los morros esos de colloakan, bien fresones con sus bicis viejas y sus lentesotes, bien mamalón mijito.
-JC: Tiene usted razón parce, pero mire usted. (Sacó su celular ZTE con teclas que encendían en color azul cielo y con tonos monofónicos, y le mostró la siguiente imagen)
Ante esto el mexicano dejó de argumentar, y se retiró hacia la salida del hotel, no sin antes tomar 4 cajas con naranjas para venderlas en la avenida frente al edificio.
El hombre del país sudamericano realizó un ademán de celebración y gritó algunas palabras ininteligibles, así como todos los sudamericanos; después pidió su burro al valet parking, lo cargó con cuatro bultos de café y otros de cocaina pura y se dirigió a comerciar su producto nacional.
En ese momento dejé de sentir esa pena ajena que siempre le he tenido a mi país, y empezé a tener ese mismo sentimiento por todo el continente.
Y así fue, si me creen, metanse lo que sea que les agrade por sus orificios anales. Nos leemos después, pendejos. ;)