Pues resulta que, como ya todos sabemos, el 12 de agosto finalizó el evento más importante de año, y no, no me refiero a la orgía masiva que realizo cada año con motivo de conmemorar el gigantesco tamaño de mi pene (entérate de ese evento aquí), yo hablo de los juegos olímpico que se llevaron a cabo en Londres, en los cuales, nuestra delegación de atletas mexicanos logró la mayor cantidad de medallas fuera de México (7 putas medallas, pendejos). Este tema me puso a pensar en los pensamientos que invaden a estos atletas después de haber participado en la justa, como por ejemplo, "¿Qué sigue ahora para mí?", "¿Llegaré a los siguientes juegos?", "¿Puedo mejorar mi rendimiento?", "¿Le apagué a los frijoles?", "Cuál será el nuevo post en el blog de Sergio?" y la más importante "¿Que chingados hago con mi medalla?".
Como soy con madre me puse a investigar que es lo que opinan los deportista mexicanos sobre esto, obviamente solo contacte a quienes habían conseguido preseas metalicas, los demás son unos fracasados, y ellos lo saben. Así que después de mi investigación llegué a unas cuantas conclusiones y aquí se la presento, esto es "Qué hacer con tu medalla olimpíca":
1.-Empeñarla.
Como todos los mexicanos sabemos, la situación ecónomica del país no está en su mejor momento (desde hace 90 años) así que algunas personas se ven en la necesidad de llevar algunas de sus propiedades a una casa de empeño en donde consiguen dienro a cambio de ellas, esta situación no es ajena a los deportistas mexicanos (a menos que sean el Chicharito Hernández, él no sufre porque es guapísimo). Así que imagínense que llegan de la europas con una joya bien buena y fina, seguramente no dudarán en llevarla al Monte para poder pagar la mesualidad de la motoneta Italika que sacaron en Elektra a 64 meses sin intereses ¿verdad?
2.- Fundirla y hacer otras medallitas.
¿Por qué no? A todos nos gusta traer cadenitas y pulseras para vernos lindas y ligar unos cuantos vatos, así que podemos fundir esa medalla de plata para hacer unos dijes bien poca madre de la virgencita o de san juditas, o una cadena "bling bling" al más puro estilo de Lil' Wayne.
(Bien pinchi lujoso a la verga, compa)
3.- Usarlas como portavasos.
Ahora, en el extraño caso de que llegaran a tener más de una medalla, pueden usarla como un bonito portavasos en las reuniones familiares o cuando jueguen cartas con los amigos, a nadie le gusta la marca que dejan los vasos en las mesas, así que esta es una buena opción para no ensuciar tu valioso comedor, que por cierto, sacaste a 64 meses sin intereses en Elektra.
4.- Presumirla en el barrio.
Imagínate que sales a chuparte unas caguamas con la chavalada loca, ahora puedes presumir tu medalla y quitarle el puesto al calaco como el más popular de la colonia, basta con sacar tu medalla, morderla como retrasado mental y ver como todos se postran a tus pies.
¡KABOOM PERRAS!
5.-Conseguir trabajo.
Sí, leiste bien, las medallas olímpicas en México te dan el derecho divino a conseguir trabajo como comentarista en las televisoras más grandes del país, aun sin tener una pizca de carisma, ni dominio de cualquier otro deporte. Y la otra fuente de trabajo a la cual tendrás acceso después de conseguir una presea, es la política, porque, vamos, nada puede ser más fácil que eso, ¿verdad, Ana Gabriela Guevara?. (Al menos no tiene que trabajar en un subway, como el fracasado de Phelps)